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4.9 Impacto de la pérdida de proteostasis en el sistema nervioso y el envejecimiento cerebral

4.9 Impacto de la pérdida de proteostasis en el sistema nervioso y el envejecimiento cerebral

El cerebro es uno de los órganos más sensibles a los desequilibrios en la proteostasis, es decir, al mal funcionamiento del sistema que regula la producción, plegamiento, reparación y degradación de proteínas. Dado que las neuronas son células altamente especializadas, con poca capacidad de renovación, la acumulación de proteínas mal plegadas o dañadas puede tener consecuencias devastadoras para la función cognitiva y neurológica.

Numerosos estudios han establecido una conexión directa entre la pérdida de proteostasis y la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la demencia frontotemporal. Estas patologías comparten un patrón común: la formación de agregados proteicos tóxicos en el tejido nervioso.

Agregados proteicos en el cerebro: el resultado de una proteostasis alterada

A lo largo de la vida, las neuronas sintetizan millones de proteínas. En condiciones normales, las proteínas mal plegadas son corregidas por chaperonas o degradadas por el proteasoma y la autofagia. Sin embargo, con la edad:

  • Disminuye la producción de chaperonas moleculares.

  • El proteasoma se vuelve menos eficiente.

  • Se reduce la capacidad autofágica de las células.

Este deterioro conduce a la acumulación de proteínas aberrantes, como:

  • Beta-amiloide en el Alzheimer, que forma placas extracelulares tóxicas.

  • Proteína tau hiperfosforilada, que interfiere con la estructura interna de la neurona.

  • Alfa-sinucleína en el Parkinson, que forma cuerpos de Lewy y altera la sinapsis.

Estas proteínas no solo pierden su función, sino que además alteran la señalización neuronal, provocan inflamación, daño oxidativo y, finalmente, la muerte celular.

El círculo vicioso entre proteostasis y neuroinflamación

La acumulación de proteínas mal plegadas no solo afecta directamente a las neuronas, sino que también activa las células gliales (como los astrocitos y la microglía), generando una respuesta inflamatoria sostenida. Esta neuroinflamación crónica, a su vez, daña aún más la capacidad de las células para manejar proteínas defectuosas, generando un ciclo de deterioro progresivo.

Estrategias para proteger la proteostasis cerebral desde la nutrición y la suplementación

Diversos compuestos nutricionales han demostrado efectos positivos en la mejora de la salud proteica y la prevención de agregados tóxicos en el sistema nervioso:

  • Curcumina, el principio activo de Cúrcuma Sevens, atraviesa la barrera hematoencefálica y ha mostrado efectos neuroprotectores, antiinflamatorios y potenciadores de la autofagia. Puede contribuir a la eliminación de placas amiloides y al control del estrés oxidativo cerebral.

  • Omega 3 Sevens, con alto contenido en DHA, es esencial para la estructura de las membranas neuronales, mejora la plasticidad sináptica y modula positivamente la inflamación cerebral. Estudios han asociado una buena relación EPA/DHA con menor riesgo de deterioro cognitivo.

  • Magnesio Sevens, mineral fundamental para la función del sistema nervioso, actúa como modulador de la excitabilidad neuronal y es cofactor en la síntesis de neurotransmisores. Una deficiencia de magnesio se asocia con deterioro cognitivo y mayor vulnerabilidad al estrés neuronal.

  • Multivitaminas Sevens aporta vitaminas del grupo B (B6, B12 y ácido fólico) necesarias para la síntesis de neurotransmisores, la metilación del ADN y la reducción de homocisteína, un marcador relacionado con deterioro cognitivo y neurodegeneración.

Hábitos complementarios que potencian la salud cerebral y la proteostasis

  • Ejercicio físico regular, que estimula la neurogénesis y activa la autofagia neuronal.

  • Sueño de calidad, fundamental para la eliminación nocturna de proteínas acumuladas (vía sistema glinfático).

  • Estimulación cognitiva y social, que refuerza conexiones neuronales y plasticidad sináptica.

  • Estrategias de ayuno intermitente o restricción calórica leve, que activan mecanismos de limpieza celular.

Conclusión

El cerebro envejece, en parte, porque pierde la capacidad de gestionar eficazmente sus proteínas. La pérdida de proteostasis en el sistema nervioso es una de las causas profundas del deterioro cognitivo y las enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, a través de intervenciones nutricionales basadas en evidencia y el apoyo de suplementos estratégicos como los ofrecidos por Sevens, es posible apoyar la salud cerebral, ralentizar el envejecimiento neurológico y preservar la función cognitiva a lo largo del tiempo.