Déficit de vitaminas. ¿Qué le sucede a nuestro cuerpo?

Nuestro cuerpo necesita nutrientes y energía para funcionar correctamente. Si falta alguna de estas sustancias, tarde o temprano experimentará fallas. Los déficits nutricionales de vitaminas y minerales son cada vez más comunes debido a la empobrecida calidad del suelo y a la disminución de nutrientes en los alimentos que consumimos. Suplementar estos déficits nutricionales es una excelente manera de prevenir enfermedades crónicas a largo plazo y mejorar nuestra calidad de vida. Sin embargo, para lograrlo, primero necesitamos saber qué nutrientes nos faltan.

Es importante que conozcas los Signos más comunes de déficit nutricional, ya que nuestro cuerpo utiliza estos signos para indicarnos qué nutrientes necesitamos. Aunque lo ideal sería realizar un análisis de sangre para obtener información precisa, no todos tenemos acceso a esta opción. Por eso, nos enfocaremos en los signos que podemos observar directamente, ya que todos podemos verificarlos.

En cuanto a las Vitaminas, es importante destacar que se dividen en dos tipos: las solubles en grasa y las solubles en agua. Esto es relevante porque las vitaminas solubles en grasa tienden a acumularse en nuestro cuerpo y, por lo tanto, existe un mayor riesgo de toxicidad cuando consumimos exceso de estas vitaminas. Permanecen en nuestro organismo durante más tiempo. Por otro lado, las vitaminas solubles en agua son eliminadas rápidamente por nuestro cuerpo, lo que implica un menor riesgo de exceso. Sin embargo, si no consumimos alimentos ricos en estas vitaminas, es probable que experimentemos déficits rápidamente.

– Vitamina A. La vitamina A es soluble en grasa y es crucial para mantener una piel saludable, además de afectar nuestra visión, sistema inmunológico y capacidad reproductiva. Es importante tener en cuenta que las fuentes de vitamina A preformada son más útiles para nuestro cuerpo que aquellas que contienen sustancias llamadas carotenoides, presentes en frutas y verduras de color rojo, amarillo o naranja. Estas últimas deben convertirse en vitamina A en nuestro organismo para ser utilizadas adecuadamente.

La deficiencia de vitamina A puede provocar piel seca con tendencia a eczemas, así como una peor cicatrización de heridas debido a la disminución en la producción de colágeno. A nivel ocular, los problemas más conocidos están relacionados con bajos niveles de vitamina A, como la ceguera nocturna en casos extremos. Sin embargo, el síntoma más común es la sequedad ocular, y una disminución en la calidad y agudeza visual en condiciones de poca luz. Las personas con bajos niveles de vitamina A también son más propensas a tener acné, y se ha demostrado que las cremas con vitamina A pueden reducir las lesiones por acné en un 50%.

–  Vitamina B1. Esta vitamina  es esencial para la circulación, la producción de energía y el correcto funcionamiento de los nervios. Los síntomas de deficiencia de vitamina B1 incluyen hormigueo o sensación de quemazón en brazos y piernas, falta de apetito, falta de aire y cambios en el ritmo cardíaco.

– Vitamina B2. También conocida como riboflavina, es importante destacar que no puede ser acumulada en el organismo. Esto significa que si no consumes fuentes de esta vitamina con regularidad, podrías tener una deficiencia de B2. La ventaja es que los síntomas de esta deficiencia son fáciles de identificar y las funciones que desempeña la vitamina son clave para determinar las consecuencias de tener una cantidad insuficiente. La vitamina B2 es esencial para mantener la salud de la piel y las mucosas. Por lo tanto, en caso de deficiencia, podrías experimentar sequedad en los labios, sequedad en los tobillos, hinchazón de la lengua e, en casos más graves, fisuras anales debido al daño en la mucosa del ano. Recuerda que las vitaminas B1, B2 y B3 son fundamentales para la producción de energía, ya que son responsables de extraer nutrientes de los alimentos y convertirlos en energía. Por lo tanto, niveles bajos de B2 pueden dificultar la extracción de energía de los alimentos y generar una sensación de lentitud mental debido a la falta de suficiente ATP, la molécula de energía.  Además, la vitamina B2 es necesaria para la formación de nuevos glóbulos rojos y para mantener la salud ocular. De hecho, si tienes bajos niveles de B2, puedes ser más propenso a desarrollar cataratas.

– Vitamina B3 . También conocida como niacina, es la vitamina más importante para nuestra producción de energía. Es necesaria en nuestras mitocondrias, que son las fábricas de energía de nuestro cuerpo, para producir la molécula de ATP que utilizamos como fuente de energía. Al utilizar diversas fuentes de energía y acelerar nuestro metabolismo, la vitamina B3 nos ayuda a gestionar adecuadamente las grasas, convirtiéndolas en energía y, por lo tanto, acelerando nuestro metabolismo. Por lo tanto, niveles bajos de B3 pueden llevar a una acumulación de colesterol y triglicéridos, ya que no podemos utilizar eficientemente esas grasas como fuente de energía. En pacientes con bajos niveles de B3, la suplementación con esta vitamina en dosis adecuadas ha demostrado reducir los riesgos cardiovasculares asociados al colesterol, especialmente disminuyendo los niveles de colesterol LDL y triglicéridos, y aumentando el colesterol HDL, conocido como «bueno». Debido a su relación con la energía, los bajos niveles de B3 también se asocian cada vez más con síntomas mentales y trastornos del estado de ánimo, como la depresión e incluso los trastornos bipolares.  Además, uno de los síntomas más sorprendentes de la B3 es su función como vasodilatador. Por lo tanto, bajos niveles de B3 pueden conducir a la disfunción eréctil, mientras que dosis de 1.500 miligramos de B3 han demostrado mejorar la erección. También es importante mencionar que la B3 se utiliza tópicamente para reducir el acné y disminuir la inflamación de la piel, incluso en casos dermatológicos más graves que el acné.

– Vitamina B5. También conocida como ácido pantoténico, se encuentra en todo tipo de alimentos, por lo que es extremadamente raro tener deficiencia de esta vitamina. Sin embargo, es importante tener niveles adecuados de B5, ya que juega un papel fundamental en la síntesis del colesterol. Nuestro cuerpo produce su propio colesterol, lo cual favorece un perfil de colesterol saludable y reduce el riesgo cardiovascular. Por lo tanto, tener buenos niveles de B5 nos protege a nivel cardiovascular. Además, al igual que las vitaminas anteriores, las vitaminas del grupo B, incluida la B5, son necesarias para la producción de energía. Transforman los carbohidratos que consumimos en glucosa y azúcares simples para utilizarlos como fuente de energía. Si tenemos deficiencia de estas vitaminas, podemos experimentar fatiga y falta de energía. Tomar un complejo vitamínico B puede ser una de las primeras acciones que puedes tomar para mejorar tus niveles de energía.                                                                                                                                              El ácido pantoténico (B5) es necesario para producir una sustancia en el cerebro llamada colina, que actúa como neurotransmisor. La colina nos ayuda a enfocarnos y a mejorar nuestra memoria. Por lo tanto, niveles bajos de B5 pueden dificultar la memoria y el enfoque durante el estudio o el trabajo. La deficiencia de B5 también está asociada con el síndrome de los pies ardientes, que causa una sensación de ardor en la planta de los pies debido al daño de los nervios en esa área. Además, la B5 es necesaria para regular el cortisol, nuestra hormona del estrés. Si tienes dificultades para manejar el estrés y tu respuesta al estrés es desequilibrada, es posible que estés deficiente en vitamina B5.  En casos de cirugía, la vitamina B5 acelera la cicatrización de heridas. Por otro lado, la deficiencia de B5 puede acelerar la aparición de signos de envejecimiento, como arrugas o manchas en la piel, ya que afecta la velocidad de replicación y formación de nuevas células.

– Vitamina B6. La vitamina B6 es necesaria para muchas funciones del sistema nervioso, al igual que la mayoría de las vitaminas B. Sin embargo, la deficiencia de B6 puede generar una coloración rojiza en la cara que se confunde a menudo con la rosácea, especialmente cerca de la zona de la nariz y la boca.  Es importante tener en cuenta que los déficits de estas vitaminas son raros, y la vitamina B6 en particular depende mucho de nuestra flora bacteriana. Dependiendo del equilibrio de nuestra flora bacteriana, podemos tener un exceso o déficit de esta vitamina, aunque generalmente no acarrea consecuencias graves para la salud.

– Vitamina B9 . También conocida como  ácido fólico, es uno de los nutrientes más conocidos. Muchas personas toman suplementos de ácido fólico durante el embarazo, pero en los adultos, el B9 ayuda en la producción de glóbulos rojos y en la reparación del ADN. Esto significa que niveles bajos de vitamina B9 pueden provocar anemia y alteraciones en el ADN, acelerando el proceso de envejecimiento. Los signos de deficiencia de ácido fólico pueden incluir fatiga persistente, aparición prematura de canas y palidez en la piel debido a la anemia. Es importante tener en cuenta que bajos niveles de ácido fólico durante el embarazo pueden causar problemas neurológicos en el bebé. Por lo tanto, es crucial evitar deficiencias de ácido fólico, especialmente si estás pensando en concebir. Recuerda que es recomendable consultar con un profesional de la salud para determinar la dosis adecuada de ácido fólico en tu caso particular.

– Vitamina B12. También conocida como cobalamina, es una de las deficiencias más comunes. Esta vitamina ayuda a regular el sistema nervioso y desempeña un papel central en la formación de glóbulos rojos para transportar oxígeno en la sangre. Niveles bajos de B12 a lo largo del tiempo pueden llevar a una anemia peculiar llamada anemia megaloblástica, donde los glóbulos rojos se agrandan para compensar este déficit.  Lo curioso es que la B12 es tan importante para nuestro cerebro que niveles bajos pueden aumentar significativamente el riesgo de demencia o depresión a largo plazo. Debido a esto, la deficiencia de B12 puede manifestarse con síntomas como pérdida de memoria, fatiga debido a la anemia, pérdida de apetito que puede llevar a la pérdida de peso, y cosquilleo en manos y pies.                                                                  Si sigues una dieta vegetariana o vegana, es bastante probable que tengas déficit de B12, ya que esta vitamina se encuentra principalmente en alimentos de origen animal. Es importante asegurarse de obtener suficiente B12 a través de alimentos enriquecidos o suplementos si sigues una dieta sin productos animales. Recuerda que es recomendable consultar con un profesional de la salud para determinar la dosis adecuada de B12 en tu caso particular.

–Vitamina C. Es necesaria para la formación de colágeno, la coagulación adecuada y un sistema inmunológico fuerte. También actúa como nuestro principal antioxidante. Los síntomas relacionados con bajos niveles de vitamina C están asociados  a la  dificultad para cicatrizar heridas correctamente y mantener tus articulaciones sanas debido a la formación de colágeno. Además, al igual que las vitaminas B5 y B9, la falta de vitamina C puede provocar un envejecimiento prematuro, ya que no se forma colágeno adecuadamente y las células se oxidan más rápidamente. La vitamina C tiene muchas funciones sorprendentes. Ayuda a producir un neurotransmisor llamado norepinefrina, que es crucial para mantenernos atentos y despiertos. También ayuda en la formación de la carnitina, que nos permite quemar grasa y utilizarla como energía. La vitamina C también apoya a nuestros glóbulos blancos en el sistema de defensa contra infecciones, por lo que niveles bajos pueden resultar en infecciones frecuentes. La vitamina C desempeña un papel crucial en la coagulación sanguínea. Históricamente, los marineros que sufrían de escorbuto, una enfermedad causada por la falta de vitamina C, presentaban síntomas como sangrado de encías. Otros síntomas incluyen puntos rojos en la piel y una mayor tendencia a formar hematomas o cardenales con facilidad.

– Vitamina D. Desempeña una función esencial en nuestro sistema inmunológico. La falta de vitamina D puede manifestarse con infecciones frecuentes. Además, se ha observado que la suplementación de vitamina D reduce la mortalidad en un 7% por causas no traumáticas. Un síntoma menos conocido de la deficiencia de vitamina D es la caída del cabello, especialmente en mujeres. También puede causar dolor muscular crónico, y se ha demostrado que la suplementación de vitamina D mejora el dolor muscular y condiciones como la fibromialgia.

– Vitamina K. La vitamina K es menos conocida y menos medida, pero desempeña un papel importante en la coagulación sanguínea. Los signos de deficiencia de vitamina K son sangrado excesivo y la formación fácil de moretones y cardenales.

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